Este es el caso del Parque Natural y Reserva Forestal Chancaní, que protege muestras de bosque chaqueño occidental y bosque serrano, con características únicas por su extensión y su estado de conservación.
También la Reserva Forestal Cerro Uritorco, donde se conserva masa boscosa en estado natural; y la Reserva Forestal Sierras de Punilla, cuyo paisaje se caracteriza por el bosque serrano y pastizal de altura, donde se puedenencontrar especies representativas de la flora autóctona de nuestra provincia como molle de beber, orco quebracho, coco, moradillo, espinillo, chañar, tala y algarrobos.
Otra categoría clave para contribuir a la conservación de los bosques nativos, es la de “Reserva Hídrica”, porque la relación entre estos ecosistemas con el agua es fundamental.
Por ejemplo, la Reserva Hídrica Pampa de Achala está dedicada a la conservación de cuencas estratégicas que proveen de agua a nuestra provincia, y además preserva el ecosistema de bosque serrano.
La Reserva Hídrica Los Gigantes ocupa unas 84 mil hectáreas y está atravesada por ríos como el Yuspe, San Antonio y Tanti, de los que depende el dique San Roque. Por su parte, la Reserva Hídrica Natural Parque La Quebrada protege el ecosistema de bosque, que por su efecto “esponja” aporta a la provisión hídrica del dique La Quebrada, que abastece de agua a parte de la población de las Sierras Chicas.
La relación entre bosque nativo y las cuencas hídricas
Los bosques desempeñan un papel clave en las cuencas hídricas, favoreciendo la regulación y conservación del agua lo que permite su transporte y distribución eficiente.
Los bosques forman parte del ciclo del agua ya que, a través de la transpiración de las plantas, se libera agua desde el suelo hacia la atmósfera, lo que contribuye a la formación de nubes y, posteriormente, a la precipitación. A su vez, la vegetación absorbe la humedad ambiental, el rocío, nieve y la lluvia, permitiendo que el agua se filtre en los suelos y recargue los acuíferos.
Además, los bosques actúan como filtros naturales, capturando sedimentos y contaminantes antes de que estos alcancen los cuerpos de agua.
Por eso es fundamental conservar y gestionar de manera sostenible los bosques, para garantizar el equilibrio biológico en beneficio de las comunidades humanas y los ecosistemas en general.