La llama de todos estos artefactos debe ser azul. Los mencionados equipos deben estar lejos de materiales inflamables. Si hay niños o niñas en el hogar, es importante estar alerta a que no se acerquen a los mismos.
También se aconseja que, previo a utilizarlos, se revisen los conductos de evacuación de gases de hogares a leña, chimeneas y salamandras.
Asimismo, es fundamental que haya una ventilación continua en el ambiente, acorde al número de personas que se encuentran, al tamaño del lugar y las actividades.
Se recomienda generar una ventilación cruzada, abriendo en parte puertas y ventanas en lados opuestos.
En ambientes cerrados, no deben utilizarse braseros, parrillas, garrafas de camping, calentadores a kerosene o equipos que generan combustión de manera directa. Tampoco es recomendado el uso de hornos u hornallas de la cocina para calefaccionar.
Al respecto, Nilda Gait, jefa del Departamento de Salud Ambiental del Hospital de Niños, destacó: “Es recomendable no utilizar braseros para calefaccionar, pero en el caso de tener que usarlo, sólo hacerlo para calentar el lugar y después retirarlo, porque una sola brasa puede producir una intoxicación grave”.
Existen detectores automáticos de concentración de monóxido de carbono que pueden colocarse en los hogares para detectar la circulación de este gas tóxico.
Aun cuando no se utilizan para calefaccionar, debe tenerse en cuenta que no se pueden encender motores a combustión (de autos, grupos electrógenos, motosierras) en ambientes cerrados, sótanos ni garajes.
En cuanto a equipos eléctricos, si bien no producen combustión de CO, deben utilizarse con precaución debido a que pueden producir cortocircuitos; por lo que es necesario que se verifique que la red eléctrica esté en condiciones y que resistirá la potencia de la estufa.
Los síntomas de una intoxicación por monóxido de carbono incluyen dolor de cabeza, molestias en los ojos, mareos, debilidad, náuseas, palpitaciones, vómitos, dolor en el pecho y confusión.
Una exposición ligera o moderada causa fatiga, náuseas, vómitos, irritabilidad, vértigos, desorientación, incoordinación, vértigos, taquicardia e hiperventilación.
En tanto, debe tenerse en cuenta que, una exposición severa puede causar somnolencia, convulsiones, depresión respiratoria, alteraciones cardiacas y coma.
“Ante esta situación es necesario ventilar todos los ambientes y concurrir con la mayor premura a un centro de salud o a un hospital de la zona”, agregó la especialista.
Para consultas y obtener más información, se pueden utilizar las siguientes vías de comunicación: