La historia de la Capilla de San José la
tomamos del libro “Ciudad de María” que fue publicado por la diócesis de Villa
María con motivo de “los 500 años de fe a la vera del río”. Los datos fueron recopilados
por la docente y escritora Ilda Ughetto tomando como referencia los datos
aportados por Antenor, Florentino y Emilio Destéfanis, nietos de Francisco
Destéfanis y Magdalena Taberna. Relato de Mabel Susana Milanesio de Destéfanis.
LA HISTORIA
Esta capilla
nace por un acto de fe y devoción cristiana; una promesa fue la piedra basal de
la edificación.
En una casa
colindante vivían Francisco y Magdalena con sus tres hijos: Luis, José y
Albino. En 1928 José, que ya había formado su familia casándose con Florinda
Perosino y teniendo ya tres de sus cinco hijos, se enferma. Se le diagnostica
una apendicitis y luego de ser operado contrae una terrible infección al punto
tal que los médicos que lo asistían les comunican a sus padres y esposa que
difícilmente salvaría su vida.
Ante el
diagnóstico, Don Francisco –su padre- le pide a San José la gracia de que sane
a su hijo y promete levantar una capilla. Mientras tanto, Luis y Albino –sus hermanos-
gestionan que viajen a Hernando profesionales de la ciudad de Córdoba para
resolver la situación. El esfuerzo de la ciencia médica más la ayuda del Santo
hacen que el hombre se recupere.
LA PROMESA CAMBIA DE MANOS
Corría el año
1929, más precisamente el 29 de septiembre, cuando don Francisco se hallaba
realizando las tareas de recolección de la cosecha de trigo junto a sus
hermanos cuando sufre una descompostura que le produce la muerte de manera
inmediata. Fallece sin haber podido cumplir su promesa. No obstante, su esposa
y sus hijos cumplen su voluntad y levantan la capilla. Fue inaugurada el 19 de
marzo de 1931 y consagrada a San José, imagen que desde esa fecha se encuentra
dentro del recinto espiritual.
SU USO Y GRACIAS CONCEDIDAS
Comenzaron desde
ese entonces a hacerse las novenas con la familia fundadora y vecinos del
lugar. Tal es así que los pobladores de Las Isletillas, hasta que tuvieron su
propio templo, concurrían a la de San José.
También
recuerdan que para la revolución de 1955 estaban cumpliendo el servicio militar
obligatorio Emilio Destéfanis, Evelio Boretto y Oscar Filippa. La fe los unió
para pedirle al Santo su auxilio en esta difícil situación. Todos regresaron
sanos y salvos y en acción de gracias se rezó el rosario y se celebró misa en
la capilla. Después compartieron un almuerzo familiar con amigos y vecinos
debajo de los árboles que aún hoy rodean el lugar.
Con el correr de
los años se ocuparon de la atención de la capilla Ofelia Actis y Marta Hayas de
Destéfanis. En el año 1996 el lugar fue remodelado, se cercó y se pintó el
oratorio.
Debe destacarse
también que en los primeros años de su construcción se la usaba como aula dado
que la familia traía una maestra particular para que instruyera a sus hijos en
el aprendizaje escolar.
Como último
dato, el 19 de marzo de 2006, la imagen del santo de la capilla fue sacada por
primera vez y llevada en caravana hasta la capilla de la Virgen de La Merced de
Las Isletillas donde se celebró la misa en su honor. Fue por iniciativa de sus
devotos con el apoyo del sacerdote Ricardo Aguaysol.
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